Un anciano en la popa de un barco. En los brazos sostiene una maleta ligera y a una criatura, todavía más ligera. El anciano se llama Linh. Es el único que lo sabe, porque el resto de las personas que lo sabían están muertas.
De pie en la cubierta, ve alejarse su país, el país de sus antepasados y sus muertos, mientras la criatura duerme en sus brazos. El país se aleja, se hace infinitamente pequeño, y el señor Linh lo ve desaparecer en el horizonte durante horas, pese al viento que sopla y lo zarandea como a una marioneta.
El viaje dura mucho tiempo. Días y días. Y el anciano pasa todo el día en la popa del barco, con la mirada puesta en la estela blanca que acaba fundiéndose con el cielo, escrutando la lejanía en busca de la orilla invisible.
De pie en la cubierta, ve alejarse su país, el país de sus antepasados y sus muertos, mientras la criatura duerme en sus brazos. El país se aleja, se hace infinitamente pequeño, y el señor Linh lo ve desaparecer en el horizonte durante horas, pese al viento que sopla y lo zarandea como a una marioneta.
El viaje dura mucho tiempo. Días y días. Y el anciano pasa todo el día en la popa del barco, con la mirada puesta en la estela blanca que acaba fundiéndose con el cielo, escrutando la lejanía en busca de la orilla invisible.
Philippe Claudel. La nieta del señor Linh.
3 comentarios:
Lin "Almas grises" do mesmo autor, xa sei cal vai ser a seguinte.
Que ben que o liches,
pero dime... canto che gustou??
Apertas. O
O libro gustoume moitííísimo. E non é unha historia triste, senón todo o contrario. Eu entendina así.
Grazas pola recomendación, O.
Bea, tomo nota. Farei ao revés ca ti.
Saúdos.
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